Sabes que el
tiempo pasa deprisa, o quizás lentamente, no nos damos cuenta, pero tampoco es
que nos importe tanto. Las risas son el disfraz que nos ponemos con la mirada.
Los gestos son los que realmente hablan. Las palabras quedan grabadas, pero
nadie más lo sabe.
Nos tenemos que
dar el permiso de vivir todos estos días, nos lo merecemos, las preocupaciones
no deben importarnos tanto, deja que el sentido de tu vida te haga feliz y que
vuelva a sacarte otra sonrisa. Pero no una sonrisa cualquiera, ni una forzada,
no! una sonrisa realmente verdadera, que te den ganas de abrazarme fuerte y no
separarte de mí. Me doy cuenta de todos los momentos que he vivido junto a ti y
es que no los cambiaría por otra cosa. Recuerdo cada cosa que hiciste por mí y
me hace pensar en que fui una estúpida por no decirte mil veces al día lo
muchísimo que te quiero y lo importante que eres para mí. Veo más claro que
nada ni nadie podrán separarme de ti. Y es entonces cuando me doy cuenta de que
sólo quiero que estés conmigo para siempre, da igual las circunstancias que se
vayan a dar a lo largo de los años, pero sólo quiero llevarte siempre conmigo.
Porque después de todo este tiempo juntos, de las cosas que hemos vivido y
todos los momentos juntos no quiero alejarme de ti.
Quizá no te
hagas a la idea de lo muchísimo que te quiero o que no tengas en tu cabecita
esquematizado lo mucho que me importas o igual, todo lo importante que eres.
Pero de lo que si estoy segura es de que sabes que voy a
estar aquí para siempre: Tanto como para reírnos y hacer cualquier gilipollez
que como para dejarte mi hombro para llorar o estar horas y horas al teléfono
aunque solo sea para escucharte.
Igual la clave
para ser realmente libre es reír cuando puedas y llorar cuando lo necesites. La
vida, a veces te hace regalos que no tienen precio, esos que si supieras
conservar, no cambiarías por nada. Para mí, uno de esos regalos eres tú, el más
grande.
A veces odiamos
lo que es diferente a nosotros, pero muy a menudo se debe a que tenemos miedo
de lo que no conocemos, de lo que es distinto. Y es porque, en el fondo, tememos
que nos guste... pero da la casualidad que siempre nos gusta lo que no nos
corresponde o por decirlo así, lo que más daño nos hace. Pero para eso estamos
los dos, para luchar contra todo lo que nos haga daño y para levantarnos una y
otra vez, juntos.
La alegría
verdadera hace nacer una sonrisa que jamás se borra. No es la alegría fruto de
algún incidente o motivada por un chiste. Tampoco es la alegría que deriva de
ver la tragedia de otro y reírse por no estar en su situación. La alegría
verdadera es fruto de un sentimiento profundo que nace en el corazón, atraviesa
el alma y alcanza el cerebro. Es lo que hace ver la verdad de la vida.
Por eso, te
llevo conmigo en todo momento, tú me enseñaste lo bueno y lo malo, el lado
positivo y el negativo, pero sin ninguna duda lo que si me enseñaste fue a amar
de verdad.
Gracias, porque cuando te das cuenta de que
quieres pasar el resto de tu vida con alguien deseas que el resto de tu vida
empiece lo antes posible.
PD: Yo te quiero
con tus virtudes y con tus defectos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario