- ¿Adónde van mis palabras, adónde huyen?... ¿Tienen quizás miedo de decir que te quiero?
Niki se queda boquiabierta, no se lo puede creer.
- Pero si es mi frase, ¡la que metí en la botella!
Él le sonríe.
-Después de acompañarte a casa corrí durante toda la noche por la orilla del río. No podía permitir que otro la encontrase en mi lugar...
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