jueves, 26 de enero de 2012

¿A dónde iban los sueños?

Mantenía la cabeza bien alta, pero aún seguía observando los rastros de su propia tristeza. Se había marchado noviembre y con él, la posibilidad de volver atrás. Un nuevo mes que se había llevado consigo horas de trabajo, lágrimas, sueños y esperanzas, pero nunca su recuerdo. Lo seguía sintiendo en medio del pecho. Persiguiéndola día y noche. Acorralándola a cada hora. Acosándola con canciones, lugares y momentos que lo traían una y otra vez a sus sentimientos. Los días parecían semanas, las semanas meses, y los meses años. Sentía rechazo por las frases armadas que predicaban que el tiempo curaba todas las heridas. Para ella no existía cura. Sentía que lo había perdido todo y que su corazón se había desgarrado, convirtiéndolo en cenizas que se iban alejando con el viento de un nuevo invierno. Le regalaba las horas al tiempo, desperdiciándolas en encontrar un por qué y un cómo. No entendía como un amor tan grande de un día para otro se acabaría. Como esa historia desaparecería. Esa noche volvió a ser como las últimas noches de su vida. Un té en la madrugada y la misma pregunta antes de decir hasta mañana... ¿A dónde iban los sueños y las esperanzas cuando éstas ya no eran más compartidas? Se había quedado estancada en aquella primera noche, en aquellos primeros besos, de mucho tiempo atrás.

domingo, 22 de enero de 2012

Aquello no era lógico, era amor

Esta vez no quiero que seas el chico perfecto. Esta vez lo que quiero es que me levantes la falda cuando yo te lo pida. Quiero que me beses por todo el cuerpo hasta hacerme temblar. Quiero tu pelo revuelto, tus ojos y tu mirada electrizante, tus labios burlones. Quiero que me lleves a donde sea, sin importarme el lugar, sin importarme lo que nos encontremos allí, vivir únicamente el momento contigo. No, no quiero que me hagas millones de regalos. No quiero que hagas lo que debes, si no lo que quieres. Quiero que me guiñes un ojo cada vez que miras a otra y quiero escaparme contigo a cualquier lugar. Quiero hacerlo contigo en cualquier baño de un cine y quiero que me metas en líos porque sé que luego podrás sacarme de ellos. No quiero tu pelo peinado y perfecto, no quiero tus frases de amor sacadas de cualquier lugar, no quiero tus besos y tampoco quiero tus buenos modales continuamente. ¿Es qué no lo entiendes? Por una vez en mi vida quiero vivir lo prohibido, te quiero tal y como eres, quiero que me digas lo que sientes siempre que tienes oportunidad, quiero tu aspecto de chico malo que en el fondo es un blandengue, como todos los demás. Por una vez quiero sentir que cometer locuras contigo sí vale la pena. Quiero sentir que quererte es lo mejor que puedo hacer. Quiero que, por una vez, me hagas sentir como ese libro... Sí, eso es, por una vez quiero sentirme a tres metros sobre el cielo.

lunes, 16 de enero de 2012

Una simple palabra

Tumbada en la cama desecha, te observo. Te miro fijamente. Estas completamente abstraído mirando por la ventana, al mismo tiempo que tomas una taza de café. ¿En qué estarás pensando? Seguramente, ni siquiera te has dado cuenta de que te estoy mirando. Bebes pequeños sorbos, sin apartar la mirada de la ventana. Es extraño. Eres extraño. Será esa la razón por la que me atraes tanto.
El ruido de la calle se convierte en una melodía de fondo que acompaña mis pensamientos. Te giras y me sonríes, haciendo que me sienta la única persona sobre la faz de la tierra. No sé cómo lo has hecho, pero me has cambiado. Te has convertido en lo único que deseo, lo único que anhelo. Te acercas, te sientas a mi lado mientras me susurras suavemente esa palabra mágica al oído. Mágica, porque siempre me gana. Porque no puedo evitar caer rendida a tus pies después de oírla. Hay que ver lo que puede hacer una palabra, una simple palabra...

domingo, 15 de enero de 2012

sábado, 14 de enero de 2012

Someone, somewhere loves you


Alguien te espera, alguien te sueña y tú sabes que soy yo.

viernes, 6 de enero de 2012

Para nunca olvidar

Hay algunas cosas que a pesar de hacernos daño, o de doler, que a veces es lo mismo y a veces no, no queremos olvidar. Otras querríamos olvidarlas y están grabadas en la memoria, tatuadas con lágrimas en las mejillas, esculpidas en las arrugas de la frente. Yo no quiero olvidar que hay mañanas que amanecen mejor, ni quiero olvidar por qué. No quiero olvidar que hay ojos que no necesitan mirar para contar porque se adivinan en la distancia. No quiero olvidar que hay amores que matan y puños que atan. No quiero olvidar que el mundo lo construyo yo cada minuto, y si pierdo un minuto pierdo mi mundo. No quiero olvidar que la risa no siempre es más fácil que el llanto, pero tampoco siempre es más divertida. No quiero olvidar que estoy viva ni que mañana puedo no estarlo. No quiero olvidar que el amor existe, que quiero y que me quieren, y que a veces el amor duele tanto como el desamor, o incluso más. No quiero olvidar algunos besos, algunos lugares, algunos amaneceres, algunas personas. No quiero olvidar el olor de un bebé, ni una risa infantil, ni el primer adiós. No quiero olvidar. No quiero perder cosas. No quiero que con el paso de los años olvide como me sentía en mi cumpleaños cuando era niña. O la primera vez que vi el mar. O aquellos veranos en el pueblo con los abuelos. Aquellas tardes jugando en casa. Aquellos momentos, Aquellos años. Aquellos días. Aquella vida.