miércoles, 13 de junio de 2012

Quiero un abrazo


Me gustan los abrazos de mentira; esos que realmente no existen pero que de tan livianos puedo llevarlos siempre conmigo, sobre mi espalda, aferrados a mi cuello. A veces me asfixian, no ellos mismos, sino las ganas de que fueran reales, tal vez un poco más fuertes, menos suaves.
Me gustan los abrazos, en verdad, aunque no reciba muchos, pero siento que siempre los necesito.
Aunque luego llegase la asfixia, unas manos alrededor de mi cuello y una muerte fugaz, yo lo aceptaría, me agradaría, me entusiasmaría, sonreiría por ello. Moriría sonriendo.
Quiero un abrazo.

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