jueves, 3 de febrero de 2011

Duele

+ ¿Por qué no te acostumbras a llamar antes de entrar? O mira, mejor ni te molestes en aparecer eh.
- Es que quiero hablar contigo.
+ Ya, te ha entrado el calentón ¿no? Eres la hostia, tío.
- No, no es eso. Sé que me he pasado muchísimo contigo y lo siento... Lo siento. Es que estamos aquí encerrados y enfermos y después de todo lo que hemos vivido juntos podríamos intentar,  no sé, al menos ser amigos.
+ ¿Amigos? ¿En serio? 
- Si por intentarlo no pasa nada ¿no?
+ Entonces a partir de ahora yo te cuento con quien me enrollo y tú me cuentas quien es la chica que te gusta y yo si puedo te ayudo a que te líes con ella. Y nos pasamos todo el día juntos, pero sin tocarnos ¿no? Como amigos…
- Ya sé que… que no es fácil pero mejor que estar todo el día tirándonos trastos a la cabeza, ¿no?
+ Mira, tú y yo nunca hemos sido amigos y nunca podremos serlo, porque cuando te miro y pienso que no estamos juntos, me duele. Así que no me pidas que intente que sea tu amiga porque yo no puedo… No puedo.

2 comentarios: